CACTACEAE

Ferocactus histrix

Las cactáceas de la colección (algo más de 500 especies) varían en formas y tamaño: columnares elevadas, biznagas redondas, plantas de apariencia arbustiva y de racimo, así como especies pequeñas con flores llamativas. Entre las plantas de mayor tamaño, sobresalen los viejitos (Cephalocereus senilis), con sus tallos cubiertos de pelambre blanca, los cuales llegan a medir hasta 15 metros en estado silvestre. Otras columnares del Jardín son los órganos (Pachycereus marginatus) y los pitayos (Cephalocereus marginatus), con sus cuerpos bordeados de finas espinas.

Entre las biznagas de mayor tamaño destaca el acitrón (Ferocactus histrix), nativo del Charco del Ingenio, junto con otras especies que llegaron al Jardín como resultado de diversos rescates, como la biznaga de Zimapán o “barril de oro”, con su vistosa corona amarilla (Echinocactus grusonii). Una de estas especies, tal vez la de mayor crecimiento (Echinocactus platyacanthus), alcanza un gran grosor y hasta 2.5 metros de altura.

Se encuentran también las cactáceas de aspecto arbustivo, una variedad de nopales y sus familiares (género Opuntia), tanto nativos como huéspedes del Jardín Botánico. Algunos son densamente espinosos, y otros ofrecen tallos y frutos comestibles. La colección incluye asimismo cactáceas trepadoras (Selenicereus sp., Peniocereus serpentinus y varias especies del género Acanthocereus), la mayoría de ellas con flores grandes, blancas y nocturnas, así como rastreras, (Stenocereus eruca), que enraíza a medida que crece horizontalmente.

Foto Patricia Lagarde, Historias de un Jardín, Ed. Santillana.

Entre las cactáceas de menor crecimiento, el género Mammillaria resalta por su diversidad de formas y de flores, cuyas más de 180 especies se encuentran bien representadas en la colección.